domingo, 28 de febrero de 2016

COMPONENTES ESTRUCTURALES DE UN AGROECOSISTEMA
Todo agroecosistema presenta componentes bióticos y físicos, interactuando como un sistema. Estos sistemas deben ser sostenibles (mantener la producción a través del espacio y tiempo), estables (permanentes en función del manejo de las condiciones ambientales y presiones económicas), equitativos (igualdad de condiciones entre productores) y productivos.


Componentes bióticos:
Se agrupan según la fuente de energía que utilizan en: 

  • Productores
  • Consumidores primarios o herbívoros
  • Consumidores secundarios o carnívoros y
  • Descomponedores.


Productores primarios: transforman y acumulan la energía lumínica en forma de energía química en los enlaces de los productos orgánicos sintetizados a través de la fotosíntesis. Incluyen las especies de cultivo, las “malezas” y la vegetación circundante.

Consumidores primarios o herbívoros: se ubican en un nivel trófico superior y consumen parte de la biomasa acumulada por los productores. Comprenden a insectos, liebres, hongos, aves y también al ganado: vacas, ovejas, etc.

Consumidores secundarios o carnívoros: parte de la biomasa acumulada por los consumidores primarios es consumida por los carnívoros. Comprende a aves rapaces, predadores de insectos, parásitos de los animales, etc. El hombre puede ubicarse en el segundo y/o tercer eslabón de la cadena, según la fuente de su alimentación.

Descomponedores: son también consumidores, pero se alimentan del tejido muerto de los otros organismos (necromasa). Intervienen en la descomposición de la materia orgánica y en el ciclado de nutrientes.

Componentes abióticos: en el caso de los agroecosistemas además del suelo, nutrientes inorgánicos, agua, clima se incluyen los alambrados, corrales, casas, galpones, maquinarias, etc.

Componentes socio-económicos: el componente socioeconómico es de gran complejidad y dinámica, incluye desde las relaciones laborales en forma predial (mano de obra asalariada, familiar, relación de salarios), el efecto de otros agroecosistemas con similares o diferentes propósitos, las lógicas y trayectorias productivas, la tecnología, los precios, los mercados (producción, distribución y consumo), la propiedad o no de la tierra, el acceso a créditos y mercado y hasta la política económica y agrícola en particular.